LITERATURA UNIVERSAL
LOS HEBREOS Y EL MONOTEÍSMO: LA BIBLIA
La especial cualidad del legado literario hebreo, convertido en verdad revelada por Dios a su pueblo de Israel y, a través de Jesucristo, a todo el mundo cristiano, adquiere una singular diferencia frente a las otras literaturas mitológicas (india, egipcia o grecolatina).
El monoteísmo real del pueblo hebreo establece una división clara con las otras culturas antiguas. Si a ello añadimos su continuidad en el tiempo gracias al Cristianismo, entenderemos por qué esta literatura nos es tan familiar a todos los pueblos occidentales.
Tanto la cultura occidental como su literatura contienen el espíritu y el legado del "libro de los libros": la Biblia, que es, junto con la herencia grecolatina, base de nuestra civilización.
En su origen, no fue una obra unitaria sino un conjunto de libros que se fueron reuniendo hasta la configuración actual formada por 73 libros. Su composición se realizó a través de mil años, desde el 900 aC hasta el año 100dC. Los libros pertenecen a dos etapas distintas.
Las de la primera etapa constituyen el Antiguo Testamento, escrito casi todo en hebreo, excepto algunos fragmentos, en arameo; son 46 libros cuyos temas están relacionados con el tiempo anterior a la venida de Jesucristo.
Los de la segunda etapa constituyen en Nuevo Testamento, escrito en griego, con 27 libros que relatan hechos ocurridos después de la venida de Jesucristo.
El ensamblaje de dichos libros en la actual Bíblia se realizó a finales del siglo IV y quedó confirmado en el Concilio de Trento de 1546. En el siglo V, el papa Dámaso I encargó a San Jerónimo una traducción de la Biblia al latín, que se conoce con el nombre de Vulgata, con el fin de que fuera entendida pro más gente y de darle carácter más uniforme y oficial. De esa Biblia en latín se han hecho la mayoría de las traducciones que se han difundido por las diversas lenguas.
Además existen libros posbíblicos de importancia para la literatura hebrea como el Talmud, una especie de recopilación de la Torá oral sobre temas como la religión, el derecho, la vida social, el sabbat, etc. Recordemos que para los judíos la Torá es la parte del Antiguo Testamento que en el cristianismo se llama el Pentateuco ( Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio).
El Talmud es la compilación hebrea más importante para los hebreos después del Antiguo Testamento. Como libro heterogéneo, junto con normas y preceptos, hay disgresiones que son breves y bellísimas narraciones en las que se ha inspirado la novelística hebrea de todos los tiempos.
Punto de enlace entre la literatura hebrea y su proyección a través de la literatura cristiana lo constituyen los Manuscritos del Mar Muerto. Además de demostrar la existencia de muchos libros de la Biblia, estos textos fragmentarios contienen la doctrina de los esenios, cuyas ideas sobre la penitencia, la caridad fraterna, el rechazo de los placeres y, sobre todo, su esperanza en la venida del Mesías, se emparentaba con las enseñanzas de Juan el Bautista, el precursor de Jesucristo según la doctrina cristiana.
En los Manuscritos del Mar Muerto, aparecieron también los llamados "apócritos" y que son muestra de la literatura hebreo tras los libros del Antiguo Testamento. Entre ellos cabe destacar el del Testamento de los doce patriarcas, el Libro de los jubileos, algunos apocalipticos como el Libro de Enoc, la Asunción de Moisés y el Martirio de Isaías. Todos ellos están llenos de relato y leyendas que influyeron en la literatura medieval.
En este enlace se explica brevemente quiénes eran los Esenios.
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